Estaba pensando en el breve pero poderoso ministerio de Jesucristo cuando vino al mundo.
Su ministerio duró solo 3 años. Logró hacer todo lo que se le había encomendado. No dejó nada sin terminar. No dejó nada olvidado o ignorado. En tres años completó su misión.
Yo me pregunto como eran sus días. ¿Habrá comenzado algún día atrasado? ¿Afanado? ¿Qué hacía cuando las cosas no salían según los planes? ¿Y las interrupciones? ¿Se desvelaba haciendo lo que no logró hacer durante el día?
En los Evangelios nunca vemos a Jesús afanado, muy ocupado y mucho menos en activismo. El es el ejemplo perfecto de paz, compasión hacia los necesitados, descanso, gozo, amor y servicio al prójimo.
Si quiero disfrutar los días que Dios me ha dado en el mundo y realizar todo lo que Él tiene para mí, debo intentar vivir según Su diseño.
Por nada estéis afanosos…Filipenses 4:6
¿Estoy afanada en mi hogar?
¿Estoy afanada con mi carrera profesional y en mi trabajo?
¿Estoy afanada en la iglesia y mi servicio a otros?
Es un gran reto, pero ¿podemos disminuir nuestras tareas y compromisos para vivir más como Jesus vivió?
