Artículo escrito por Linda Posadas de Caballero
¿Has visto alguna vez a un niño queriendo hacer algo peligroso? Y, ¿Has visto como algún adulto, normalmente uno de los padres, al darse cuenta lo detiene para evitar que sufra algún daño? Esa es una imagen que todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida. Como humanos, siempre queremos probar cosas nuevas, atrevidas, excitantes, que normalmente no dejan ningún beneficio. En mi caso, muchas veces intenté arriesgarme en experimentar algo que sabía que no era bueno, solo por curiosidad, sin pensar en las consecuencias; sin embargo, Dios en su gran amor cuidó de mí, aun en contra de mi voluntad, y me alejó del peligro. Es como sentir que tu padre te toma de la mano y te dice “ese no es el camino, ven por aquí”.
Qué bueno que podemos estar confiadas y seguras sabiendo que nuestro Padre celestial cuida cada uno de nuestros pasos, y que aunque no lo queramos, él alejará los peligros que vea en nuestro camino. Lo importante es dejarnos guiar y cuidar por él, y confiar en que él está al control de nuestra vida; aunque Su voluntad es cuidarnos, tambien tenemos la libertad de resistirlo. Cuidemos nuestro corazón y no permitamos que se endurezca durante las pruebas.
“Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”. Salmos 32:8
foto por Kristen C


Cuan cierto es que cuando dejamos que Dios haga su voluntad en nuestras vidas, sin resistirlo, sin temores, sin desconfianza, podemos descansar y estar seguras de que verdaderamente el tiene el control de nuestras vidas, y que solo quiere lo mejor para nosotras. Dejemos guiar por el gran Kyrios, Señor de Señores y hallaremos paz, gozo, se aumentará nuetra fe, y daremos fruto. Un abrazo a todas.