UNA MUJER SABIA ENSEÑA A OTROS
Cada una de nosotras tiene algo especial y único que ofrecer en nuestra generación. Dios nos ha dado dones, talentos, habilidades y pasiones no solo para que llevemos a cabo Su voluntad aquí en la Tierra, sino para que con gozo podamos enseñar aquello que sabemos hacer bien.
“ Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su porte y maestras del bien…” Tito 2:3
Si una generación es responsable de pasarle valiosa información a la otra, entonces cada una de nosotras tiene el gran compromiso de hacer su parte. No lo podemos dar por sentado, el trabajo que tu no hagas, nadie lo hará por ti. Si, otras personas pueden enseñar todo tipo de cosas, pero lo que Dios te dio específicamente a ti, nadie lo podrá enseñar.
¿Conoces bien las Escrituras? ¿Sabes compartir con facilidad el Evangelio? ¿Te gusta orar por otros? ¿Sabes cocinar bien? ¿Te gusta hornear? ¿Sabes sobre costura? ¿Practicas algún deporte? ¿Te gustan las artes? ¿Puedes cantar? ¿Puedes bailar? ¿Eres una buena vendedora? ¿Te gusta el orden y la organización? ¿Puedes decorar con buen gusto? Estas son pocas preguntas para hacerte pensar acerca de ser una maestra del bien.
Es natural en la mujer el querer enseñar. Es parte del instinto madre. Por eso debemos prepararnos para hacerlo con excelencia. Cada una de nosotras debe aspirar dejar la huella y marca de la sabiduría que Dios nos ha dado a través de lo que le enseñemos a otros.
DESAFÍO DE HOY
- Haz un inventario largo de todas las cosas que sabes hacer bien. Identifica cuales son las 5 cosas de las cuales eres experta.
- Busca enseñar 2 de ellas a personas a tu alrededor que necesitan aprenderlas.
- Haz un compromiso con Dios de ser una maestra del bien.
HABLA CON TU AMIGA
- Recítale Tito 2:7,8 de memoria
- Comparte parte del inventario de tus habilidades.
- Discute ideas prácticas para ser una maestra del bien.
