Vivimos en un mundo lleno de tecnología y aparatos de tecnología. Es esencial saber desconectarse por un tiempo. Ya no es opción. Es una necesidad, por la sanidad de nuestra mente y más importante, por amor a nuestra familia y los que nos rodean.
¿Cómo desconectarse?
Hay ciertas reglas que tenemos que ponernos, y ser estrictas con ellas. Por ejemplo, no hacer ninguna comida teniendo el celular en la mesa, al menos que estemos esperando alguna llamada con importancia.
Si eres madre de pequeños, no uses tu pc mientras ellos juegan o hacen otras actividades tras tus espaldas. Y si necesitas realmente usar tu computadora, ponte tiempo limitado y respétalo. Yo solo uso mi computadora cuando mis hijos duermen, juegan en su cuarto o miran algún video.
Decide a qué hora al final del día vas apagar tu celular y computadora, o algún otro aparato electrónico. Respeta la hora, aunque tengas una notificación nueva. Esa puede esperar a la siguiente mañana.
Aparta varios días seguidos, como una mini-vacación, o un fin de semana para estar libre completamente de la tecnología. Usa ese tiempo para reflexionar en la Creación, en hacer planes, ¡en disfrutar a la gente viva alrededor de tí!
Aparta tiempo en el día para enviar mensajitos (texting). Definitivamente prohíbete estar viendo o enviando tales mensajitos durante ciertas momentos, como cuando estas pasando tiempo con tu familia o amistades, en la iglesia, frente a otra persona, mientras manejas, etc. Si el mensajito es de urgencia, discúlpate y tomate solo unos breves minutos para hacerlo.
Sé Ejemplo
Tus hijos observan. Sé su mejor ejemplo. Ayudémosles a crear buenos hábitos, porque lo más probable es que a ellos les va a tocar desenvolverse en un mundo aun más saturado de opciones tecnológicas.
No dejes que un aparatito sin vida dicte tu tiempo. Sé la dueña de tu tiempo. Domina la tecnología para que te sirva – no seas esclava de ella.

