«No te vas a tu casa a esconderte del mundo,
te vas a tu casa a cambiar al mundo.» ~Rachel Jankovic
Por Nancy Cambell
Tu sabes que has sido llamada por Dios, y esto es lo que puedes confesar cada mañana:
No estoy languideciendo. No estoy engañada. Tengo visión. Se quien soy y quien Dios me creó para que fuera. Conozco mi propósito. Camino en la perfecta voluntad de Dios. Se que no es fácil, pero he calculado el costo. Mi objetivo está establecido.
¿Cómo puede ser fácil mi profesión cuando estoy influenciando una nación para Dios, generaciones por venir y la eternidad? ¿Cómo puede ser fácil cuando estoy destruyendo los planes de Satanás? Ese es el poder de la carrera y profesión que Dios me ha ordenado a llevar, la profesión con más alta estima dada a la mujer – el ser madre.
He abrazado mi vocación. No me intimidan mis antagonistas. No me van a mover. Mi corazón esta firme. Puedo estar escondida en mi casa, pero ¡cuidado mundo! Estoy afilando mis flechas. Las estoy alistando para lanzarlas y destruir al adversario. En el poder de Dios, estoy avanzando el Reino de Dios.
foto por nellagabbiadelmerlo

