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En la primera parte de esta serie, mencioné de 3 de los más comunes mitos que a veces se cree de las familias que educan a sus hijos en el hogar:

• temen que su desarrollo social no será adecuado
• creen que la calidad de educación no será la mejor
• no quieren reprimir el deseo natural en sus hijos de tener muchos amiguitos

 

Cada familia que está dando escuela en el hogar, o que lo está considerando, debe tener clara la respuesta de lo siguiente:

¿Cuál es nuestro propósito de educar a nuestros hijos en el hogar?

 En nuestro caso, mis padres nos dieron escuela en el hogar para poder hacer de nosotros mejores discípulos de Jesus. De hecho, toda nuestra vida en general ha girado alrededor de esto. Como cualquier otro discípulo de Cristo, siempre tuvimos presente que hacer lo que Dios manda no es usualmente lo popular ante los ojos del mundo.

Uno de los beneficios más importantes que veo ahora de mi educación es que fuimos enseñados las verdades de la vida, de acuerdo a la Biblia, exclusivamente. Por esto se nos hace bien fácil identificar y rechazar las ideas de líderes políticos o espirituales y otras figuras de autoridad que apoyan y promueven un estilo de vida anti-bíblico.

Calidad de Educación

Una gran ventaja de dar escuela en el hogar es el poder escoger de una gran variedad de currículos y programas de estudio – sin limitarse a uno solo. Esta es una ventaja porque cada niño es diferente y tiene sus preferencias y materias de reto. Los padres pueden reconocer esto y darles una educación de acuerdo a la personalidad, dones espirituales y talentos específicos del hijo.

En Latinoamérica, generalmente, la educación en el hogar es dada de acuerdo a un solo currículo determinado. Pero en Estados Unidos, he visto como padres usan de cualquier cantidad de recursos disponibles – incluyendo el servicio en ministerios de la iglesia – para satisfacer los requerimientos escolares. Otra ventaja es de poder hacer diversos estudios a profundidad de algún tema de interese de un hijo. En otras palabras, como cada niño fue creado con una inclinación natural a descubrir y aprender, los padres en la casa enriquecen esos deseos naturales, sin limitar a su hijo a algún programa especifico.

Muchos jóvenes atletas, actores, y ciertos hijos de personas bien ricas en Estados Unidos recurren a la escuela en el hogar con la única razón de poderles dar la más alta calidad de educación con el fin de ingresarlos a las mejores universidades del mundo.

Amistades

Todos los padres tenemos la responsabilidad y mandato de instruir a nuestros hijos en los caminos de Dios. Nosotros tenemos que pasarles la batuta para que ellos, por si solos, quieran amar a Dios, servirlo y llevar las buenas donde quiera que vayan. Al educar a los hijos en el hogar, los padres tienen una muy solida plataforma para discipular a sus hijos. Pero, ¿qué papel tienen otras personas, específicamente, otros niños, en la vida de ellos?

En los años tempranos de mi vida, mis padres definieron algo muy importante para mí: yo era hija de Dios y mi aspiración debía de ser el agradarle y honrarle con mi vida. También me clarificaron que las personas (niños y niñas, en mi caso) que no eran hijos de Dios, no tenían interés en amar a Dios y mucho menos, en honrarle. Así que no debía de tratar o querer ser como ellos. Pero que los debía de amar y darles el Evangelio.

Los primeros años de todo ser humano son bien críticos en la formación del carácter de cada persona. Hasta los sicólogos seculares concuerdan con esto. Por eso, las amistades de los niños en estos años deben ser tales que edifiquen y compartan las mismas creencias bíblicas. Cada padre tiene que usar mucha prudencia y sabiduría para asegurarse de tener como responsabilidad las amistadedes de sus hijos.

Me gusta mucho lo que el pastor Rick Whitney* hizo con todos sus 7 hijos que fueron educados en el hogar. Antes que cada hijo saliera de su hogar, ya sea a un colegio público o a la universidad, Rick y su esposa Neva se aseguraron que cada hijo estuviera claro de sus 3 posiciones como seres humanos:

ANTE DIOS – En el momento que salieran de la cautela de sus padres, ellos debían de siempre tener presente que ahora eran completamente responsables antes Dios. Ellos debían de buscar la guía directamente de Dios y buscar su bendición en cada decisión que tomaran.

ENTRE DIOS Y EL MUNDO – Ellos tenían que tener claro que el príncipe de este mundo es el enemigo de Dios. Todo lo que el mundo ofrece puede dar placer temporal, pero es vacio y falso y trae mucho dolor. Debían resistir la tentación de desear lo que el mundo ofrece. Su relación con toda persona que no conoce a Dios debe ser solamente para poder compartirles del amor de Cristo y la esperanza que se encuentra en El.

BAJO LA IGLESIA – Cada hijo debía, en obediencia a las Escrituras, comprometerse con la iglesia local, para crecer más espiritualmente y para servir. Ellos debían reconocer que ninguna iglesia es perfecta y que ningún líder o grupo de personas es perfecto. Sin murmurar o perturbar la obra, debían de ponerse al completo servicio de los líderes y el resto de la congregación. Aunque las demandas de la vida en ciertas ocasiones fueran muchas, ellos debían de siempre tener la iglesia local como prioridad en sus vidas.

Todos los hijos de Rick ya completaron sus años de escuela en el hogar. 3 de ellos están casados. Los otros 4 todavía están en la universidad. Todos y cada uno de ellos son luz en donde quiera que están. ¡Ejemplo digno de imitar!

*Rick Whitney es pastor de una iglesia Gran Comisión en Manhattan, Kansas.

 

Foto por chotda

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