No tiene nada que ver con lo físico. Tiene todo que ver con la actitud.
O por lo menos es lo que le estoy tratando de enseñar a mi hija de 4 años. Cuando se enoja y tiene mala actitud, le recuerdo que no se ve nada bonita, que se ve FEA (90% del tiempo causa una reacción de, por lo menos, neutralizar su expresión facial). También trato de estar recordándole a menudo lo bonita que es cuando anda alegre, esta agradecida o con una actitud de calma y sencillez.
¿Por qué lo hago?
Porque el MUNDO se va a encargar de quererla engañar. Las mentiras serán algo así: si quiere ser bonita tiene que tener ciertos rasgos en su cara, ciertas partes de su cuerpo tienen que ser de X tamaño, tiene que arriesgar su salud y nutrición por una buena figura, tiene que estar al tanto de la celebridades para estar al día con la belleza, etc., etc., etc. Las mentiras serán interminables.
Lo físico no es malo.
De hecho, el Gran Diseñador, con mucho amor y ternura trazó cada centímetro de mi cara y le dio forma a mi cuerpo y ¡es mi responsabilidad cuidarme! Todas y cada una de nosotras somos bellas porque todo lo que Dios hace es hermoso.
La verdadera belleza.
El eje del asunto descansa en que la belleza interior produce una belleza sobrenatural en el exterior. ¿Y quién no quiere esto? Esto no se logra con alguna crema especial o una poción mágica. Esto sucede a través del tiempo.
- Cuando aprendemos de nuestros errores, cuando buscamos a Dios para que nos de guía, cuando entendemos el plan de Dios para nuestras vidas, cuando estamos dispuestas a enfrentar los retos que nuestras propias convicciones nos traen.
- Cuando estamos agradecidas con todo lo que sucede alrededor, nos guste o no. Cuando entendemos que Dios es soberano y El sabe porque permite ciertas instancias en nuestras vidas.
- Cuando aprendemos a valorar a otras personas y sus talentos mientras los servimos y compartimos con ellas. Cuando buscamos el bien de los demás, aunque nos toque salirnos de nuestra rutina.
- Cuando buscamos llenar la vida de nuestros seres queridos. Cuando no somos egoístas en el hogar. Cuando somos consideradas en el ámbito de trabajo. Cuando vemos a las personas como Jesus las ve.
Cuando una mujer es bella por dentro, una extraña pero muy atractiva belleza se refleja en todo su ser. Invierte MUCHO tiempo embelleciendo tu interior y veras el tipo de mujer hermosa que eso produce. Nadie nunca se ha arrepentido de hacerlo.
Foto por www.PCharlon.com

Y yo que le paso diciendo a Madi que es HERMOSA!!
la china es preciosa!!!