por Nohemy de Caballero
Uno de estos días alguien me contó un suceso y al concluir dijo: “Por eso a veces es bueno sujetarse.”
Esas palabras quedaron sonando en mi mente y comencé a investigar qué decía Dios en Su Palabra respecto a este tema. A continuación les detallo lo que encontré y lo que El ya me había enseñado por medio de ejemplos a mi alrededor y en mi experiencia personal.
Yo considero que la sujeción es como un cinturón de seguridad, uno no se “ahorca” con él, sino que se lo coloca para protegerse. La mayoría de nosotros no utilizamos el cinturón sin motivo alguno; lo hacemos porque conocemos que la ley de tránsito lo ordena. Y aunque no siempre lo admitamos, en lo más profundo de nuestro ser, sabemos que en caso de un accidente, podríamos salvar nuestras vidas y las de nuestros acompañantes.
Del mismo modo, a la esposa Dios le dio la orden de sujetarse a su esposo:
“Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido.”
Efesios 5:24 NTV
No hay ningún tono de sugerencia aquí, ¡es un mandato! Si hemos decidido obedecer, vamos a ser testigos de cómo esta sujeción nos protege y cuida a los nuestros, ¡al punto de salvar nuestras vidas y matrimonios!
Justo antes de casarme, yo tenía mis propias conclusiones a cerca de la sujeción, las cuales iban más o menos así:
Si mi esposo esta en lo correcto, por supuesto que me voy a sujetar “ese es el diseño de Dios”; ahora bien, yo no pienso seguirlo cuando sepa que él está en un error, ¡lógicamente! “Lógicamente” ¡yo estaba equivocada!
Escogiendo los arreglos para la boda una sabia amiga, temerosa de Dios, me dijo algo que, gracias a Dios, se grabó en mi mente y corazón:
“Yo me sujeto a mi esposo tenga o no la razón. Si al tomar decisiones él se equivoca y yo me sujeto, Dios va a permitirnos lidiar con las consecuencias del error, pero al final va a tener misericordia de ambos por mi actitud de obediencia.”
10 años más tarde, con toda convicción y más que comprobado, ¡puedo declarar que esto es una realidad y que los principios de Dios funcionan!
Y con la misma sinceridad del Apóstol Pablo puedo decirles:
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Filipenses 3: 13-14
Atendamos al llamado de Dios para las esposas = ¡La Sujeción!
Preguntas de rigor: ¿y qué si mi esposo me golpea?, ¿o me pide hacer algo inmoral?, ¿o me quiere involucrar en un negocio ilegal?
Respuesta: Si en algún momento tu esposo te pide hacer algo que va a lastimar a alguien más (a ti misma o a otros), definitivamente no es la voluntad de Dios y tendrás que obedecer a Dios antes que a tu marido, según Hechos 5:29. (Primero obedezco a Dios y luego a mi esposo, La Biblia nunca se contradice).
Nohemy es una feliz esposa y madre de dos bellos hijos. Juntos como familia, sirven a Dios y son un ejemplo a seguir.
fotografía por Nhoj Leunamme == Jhon Emmanuel
