Al entrar en el último trimestre de mi tercer embarazo, me empecé a sentir inusualmente cansada. No tenía energías. Todo me causaba agotamiento. Me sentía sumamente débil al comenzar cualquier tipo de actividad que requería el mas mínimo labor.
Me tenia preocupada porque había logrado mantenerme bien activa, saludable y productiva los primeros 7 meses de embarazo. Ni digamos mis dos embarazos anteriores, en los cuales no padecí de ningún problema de salud, gracias a Dios.
Fui a mi cita rutinaria con el Dr., quien me mandó hacer exámenes de sangre. Resulta que tenia la hemoglobina bien baja. Por lo tanto, yo estaba padeciendo de anemia. No era nada grave, solo que no podía hacer nada por falta de fuerza y energía. ¡Y esto es gran problema cuando tengo otros dos pequeños a quienes cuidar todo el día, una casa para administrar y ordenar y una familia a quien alimentar!
El Dr. me prescribió una dosis alta de hierro y una dieta bien balanceada para asegurar que mi cuerpo asimilara bien la extra dosis de hierro y el resto de nutrientes que comía durante el día. Inmediatamente atendí a las instrucciones. En pocos días, ¡ya estaba en mejores condiciones! Realmente me sorprendió el gran cambio positivo no solo en mi cuerpo, sino en mi estado anímico, al hacer los cambios indicados por el doctor.
Cuando tenemos que cambiar
En la vida, siempre habrá áreas en las que tenemos que mejorar o cambiar. Es importante mantener esto en mente, aunque a nuestra naturaleza humana no le guste admitirlo.
Una vez que hemos identificado un problema en nuestras vidas, prosigamos a buscar la mejor solución. Cuando se trata de las áreas espirituales o morales, la respuesta la encontremos en Las Escrituras, únicamente. Pero a veces los problemas pueden ser más cotidianos, como los de la salud, entre otros. La Biblia puede ser una buena guía, pero también nos podemos auxiliar de otros recursos. Dios promete dar sabiduría a quien la pida. Y hasta en situaciones médicas, le podemos pedir guía y sabiduría.
Lo importante es tener la disponibilidad de aceptar que necesitamos ayuda. Luego, la rapidez para implementar el cambio necesario. En poco tiempo vamos a ver resultados positivos.
