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Foto por foreversouls.

Ningún padre desea ver a un hijo fracasar. Mucho menos que lleve una vida mediocre y de poca aportación a la humanidad. De lo contrario, el momento que nos nace un nuevo hijo o hija, nos llenamos de esperanza y sueños. Nuestro corazón comienza a latir con deseos de gozo, salud y bienestar para nuestro hijo(a).

Pero el papel de padre o madre en la formación del hijo pueden ser tan agobiantes, y a veces confuso – por la sencilla razón que nuestro hijo o hija tiene un alma, una voluntad propia y un propósito específico para su vida, diseñado por Dios. ¿Cuál será el futuro de mi hijo? ¿Qué le debo de enseñar? ¿En qué va a sobresalir? ¿De qué lo tengo que proteger? ¿Qué es lo que le tengo que corregir? ¿Qué si me equivoco?

Estas preguntas son validas y muy importantes. Aunque las respuestas van a variar según cada uno de nuestros hijos, hay una forma de disparar con garantía y darle al blanco. Hay una sola ruta que determina el éxito en la vida de nuestro hijo. Nos podemos equivocar en varias cosas, pero si fallamos en esto, podemos esperar cualquier tipo de fracaso en la vida de nuestro hijo – y sus consecuencias.

Si nos proponemos nuestro corazón en esto, nos preparamos, esforzamos y perseveramos, la bendición y el gozo de su fruto serán incalculables, en la vida de tu hijo y aun en su descendencia.

En una sola palabra: CARÁCTER

Si dedicamos todos nuestros esfuerzos en formar el carácter de nuestros hijos según Las Escrituras, vamos a preparar estas vidas para disposición de lo que Dios tiene ya planificado para sus vidas. Para esto, tengo que (1)resistir la tentación de hacer de sus estudios escolares más importante que la formación del carácter. También tengo que (2) rehusar comparar su crecimiento espiritual y desarrollo intelectual con otros. (3) No puedo caer en la trampa de dejarlo aspirar las cosas vanas que el mundo ofrece. Y muy importante, tengo que (4) poner a un lado mi propia agenda para su vida, y estar atenta a lo que Dios quiere específicamente de cada uno de mis hijos.

¿Qué mas quiero que ver a mis hijos como instrumentos útiles en las manos del Creador? ¿Qué otra cosa deseo ver en mis hijos más que el fruto y bendición que producen sus vidas a traves de sus personalidades, intereses, habilidades y talentos?

Entre mas pequeños estén tus hijos, mas fácil es y más oportunidad tienes de hacer un buen trabajo. Si tus hijos ya están más grandes, pero aun están en casa, todavía tienes la responsabilidad de fomentar en ellos el carácter de Jesucristo.

En esta serie voy a dar una lista de disciplinas – o elementos de carácter – especificas que tenemos que enseñarle a nuestros hijos.

Nos vamos a equivocar una y otra vez en la crianza de nuestros hijos. Pero en la formación del carácter de nuestros hijos ¡tenemos que triunfar! – Dios ya nos dio las herramientas.

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