Un profesor de Harvard había dado una tarea de escribir una composición y ahora estaba recogiendo los papeles.
Después de revisarlos los devolvió al día siguiente, y en la parte inferior de uno de ellos escribió:
El estudiante pensó, «no, no es mi mejor esfuerzo,» y volvió a hacer la tarea. Se la entregó de nuevo, y recibió el mismo comentario.
Esta interacción se repitió diez veces, hasta que finalmente el estudiante respondió:
«Sí, ¡esto es lo mejor que puedo hacer!»
El profesor le escribió: «Muy bien, ahora lo voy a leer.»
Lo que estás haciendo hoy… ¿es tu mejor esfuerzo?»
«Todo lo que te venga a mano para hacer,
hazlo según tus fuerzas…» Eccl. 9:10
