Una de las actividades no negociables en mi día es el devocional con mis hijos por la mañana. Este es el tiempo que apartamos, después de desayunar, para leer sobre la Biblia.
Como mis hijos están aún pequeños, les leo historias bíblicas con muchas ilustraciones. Si la historia lo amerita, también cantamos. Por ejemplo, si leemos sobre Zaqueo, cantamos la canción de Zaqueo en el árbol. Si leemos sobre Josué, cantamos la canción cuando Josué peleó la batalla de Jericó.
La mayoría de la veces repasamos pasajes bíblicos memorizados y seguimos aprendiendo nuevos. Siempre terminamos con una oración. A veces lo hacemos en pijamas, antes de cambiarse para comenzar el día =)
Esta actividad no me toma más de 15 minutos, pero el efecto que tiene en mí y en la vida de mis hijos es poderoso. Como apenas estamos comenzando el día, me ayuda a recordar mi objetivo principal con mis hijos: hacer de ellos discípulos de Cristo. Y en general, nos ayuda a todos a comenzar el día en armonía, paz y tranquilidad, aunque definitivamente no todo el día será así, pero por lo menos un bueno comienzo disminuye los pleitos, malas actitudes, etc.
Con el tiempo, he visto como estos breves momentos, aunque cortos y sencillos, han edificado la vida de mis hijos enormemente. Se han memorizado varias porciones de las Escrituras, conocen muy bien muchas de las historias bíblicas y están aprendiendo a cantar mejor.

Karisa:
Karisa: Gracias por compartir tus experiencias, ¡Te admiro!!! A través de tu libro he conocido parte de tu vida y eres una heroína para Cristo… ¡Ojalá y yo hubiera hecho lo mismo con mis hijos!!!
Ánimo Karisa y adelante, todo esfuerzo tiene su recompensa, nada pasa por alto ante el Señor.