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por Bessy Barahona

Jesús le dijo: Mujer, ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Juan 20:15

Durante el transcurso de nuestras vidas, las mujeres somos presa de temores, angustias, depresiones, miedos y afanes los cuales nos impiden llegar a ver al que resucitó para ser nuestro gran Consolador.

Los Evangelios nos relatan el acercamiento que Jesús tuvo con diferentes mujeres. A unas las liberó de espíritus inmundos, a otras de enfermedades, a otras les perdono sus pecados; y ellas le llegaron a servir con una inmensa gratitud.

El entendió, el profundo dolor que sintió María su madre cuando era crucificado (Juan 19:26-28). Por ello se la encomendó a su discípulo Juan, no para que lo reemplazara, sino porque El sabía el dolor que su madre estaba atravesando al perder su hijo.

Hasta el dolor que una mujer sufre al momento de dar a luz, El lo entiende y lo compara con el momento por el cual sus discípulos iban a padecer por Su perdida (Juan 16:21).

María Magdalena lloraba porque no encontraba a su Maestro. Muchas veces reaccionamos de la misma manera, buscamos entre los muertos al que vive y está cercano a nosotras preguntándonos tiernamente: ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?

Dios de Consolación

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación.  II Corintios 1:3

Querida hermana, no se cual sea el problema, la circunstancia o la prueba que en estos momentos estés atravesando; pero si estoy segura de algo, Dios está para consolarte cualquiera sea tu situación con el propósito de que cuando lo hayas superado puedas ir a consolar a otros que lo necesiten.

Dios no te dejará padecer. Junto con la prueba te dará la salida (I Corintios 10:13); entre tanto llega su respuesta:

  • Ora fervientemente con la certeza que El tiene todo bajo control.
  • Lee la Palabra. Dios te hablará a través de ella y te ayudará a ver con más claridad tu situación.
  • Ayuna para que se haga su voluntad, no la tuya.
  • Busca el consejo de mujeres maduras en la fe.

Y el mismo Señor Jesucristo, Señor nuestro y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. II Tesalonicenses 2:16-17

foto por fotosmontt – congelando el tiempo

Bessy Barahona ha estado casada con Pablo desde hace casi doce años, han procreado tres hermosos hijos; Natalie, Jeremy y Pablito.  Asiste a la Iglesia Gran Comisión de Tegucigalpa, Honduras.  Es ama de casa. Dios le ha enseñado a través de la vida en su hogar a aprovechar todas las virtudes y talentos que El le ha dado.

Bessy ha abrigado en su corazón el Salmo 138:8, “Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.”

Dios tiene un propósito para cada una de nosotras, permitamos que El utilice nuestras vidas para llevarle honra y gloria.

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