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Existe una gran tragedia en las familias donde la esposa habla mal de su esposo a sus hijos.

¿Qué es hablar mal?

Quejarse. Desear otro estilo de vida. Lamentar decisiones. Culpar. Reclamar. Acusar. Denigrar. Condenar. Exigir. Protestar.

¡NO LO HAGAS!

No solo deshonras a Dios, destruyes a tu esposo y dañas tu matrimonio, sino que desgracias la vida de tus hijos.

Cuando una esposa habla mal de su esposo a sus hijos, ellos crecen con un espíritu de inseguridad. Muchos de ellos sufren de problemas de auto concepto. Luchan por la aprobación de otros, muchas veces a expensas de lo correcto.

Como resultado, el daño que una madre causa en sus hijos cuando se expresa negativamente de su esposo – y padre de sus hijos – es profundo. Muchos de ellos se revierten a una vida inmoral. Las hijas tienden a vivir sus vidas denigrando a los hombres cercanos a sus vidas, en palabras y conducta.

No le hables mal de tu esposo a tus hijos.

Exprésale a Dios tus sentimientos, pero pídele que te dé prudencia y sabiduría en tus palabras y conducta en cuanto a tu esposo. Si has fallado, pídele perdón a tus hijos y comienza de nuevo.

Honra a tu esposo incondicionalmente.

No hay excepciones. Si tu esposo te ha dañado en proporciones mayores, hablando mal de él a tu familia solo multiplicará y empeorará el daño.

foto por Robert Snache – Spirithands.net

 

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