Al estar orando y meditando en lo que Dios quiere de mí en cuanto a Mujer Radiante este próximo año, la palabra que resuena una y otra vez en mi mente es: MENTOR.
Tiene mucho que ver con uno de los versos centrales en mi vida,
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:19,20
Mi vida y carácter hoy en día son producto del esfuerzo, sacrificio, dedicación y compromiso de otras personas a enseñarme a guardar todas las cosas que Jesus nos ha mandado. Dios utilizó a mis padres en mis primeros años a guiarme a caminar en el temor de Dios. Hoy en día usa otras mujeres mayores y sabias, obedientes a Tito 2, que usan de su valioso tiempo y ejemplo para enseñarme y animarme a vivir una vida de virtud que glorifique a Dios.
Por lo tanto, quiero utilizar la plataforma de Mujer Radiante para abrir un poco mas de mi vida personal y experiencia con el fin de enseñar y animar a aquellas mujeres que vienen a tras de mí en esta preciosa jornada de la vida femenina. Voy a estar compartiendo cosas más personales, como estas fotos.
Cuando comencé a escribir para Mujer Radiante en enero del 2010, Dios me llevó a estos pasajes en Tito 2, 1 Timoteo 5 y 1 Pedro 3. El me habló bien claro. Inmediatamente encontré un papel y escribí lo que Dios me dijo. Este es el mismo papelito, mi recordatorio diario del por qué Dios me ha encargado Mujer Radiante.
Este nuevo año quiero estudiar y aprender sobre como ser una buena mentora tanto como una buena aprendiz yo misma. Jesus lo modeló y mandó. ¡Es una de las formas mas eficientes de avanzar el Reino de los cielos!
