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Esta será una dolorosa y difícil Navidad para más de 27 familias en la ciudad de Newtown, Connecticut. El viernes, 14 de diciembre, un joven de 20 años entró armado a una escuela de primaria y mató a 6 adultos y 20 niños. Los niños apenas tenían 6 y 7 años de edad. Antes de llegar a la escuela, el joven había matado a su propia madre. ¡Una terrible desdicha!

Lo más trágico es que esto sucede todos los día en todas partes del mundo. Cientos de madres pierden a sus hijos trágicamente cada día. Cuanto dolor pasan tantas personas a raíz de la muerte de un ser querido. Pero aún en medio de la agonía y aturdimiento, hay esperanza. La buena notica es que Dios es un Dios de aliento.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
2 Corintios 1:3-5

Estas son unas breves reflexiones a medida que recordamos a las víctimas de la tragedia de la escuela Sandy Hook Elementary en Newtwon, CT y las mantenemos en nuestras oraciones:

  • Muchas personas a nuestro alrededor puede estar pasando por profundo dolor. Busquemos oportunidades para brindarles amor, cariño y amistad.
  • Oremos por las necesidades de aquellos quienes sufren. Ayudemos a llenar esas necesidades.
  • Descansemos en la certeza que Dios tiene cuidado de nuestros hijos.
  • Instruyamos a nuestros hijos para que lleguen a realizar grandes cosas para Dios, aún a los 20 años de edad.
  • No despreciemos la sabiduría ni la disciplina de Dios; profundicemos en el temor de Dios para adquirir verdadero conocimiento (Prov. 1:7) cuando se trate de la crianza de nuestros hijos:  sus personalidades, sus debilidades, sus pecados, sus defectos. Seamos valientes y rechacemos la psicología e ideología del mundo cuando se trate de nuestros hijos, quienes Dios nos ha prestado por breve tiempo.  
  • Aceptemos que Dios ya tiene nuestros día y los día de nuestros hijos contados (Salmos 39:4).
  • Busquemos ayudar a llevar a cabo el propósito de Dios para la vida de cada uno de nuestros hijos aquí en la tierra.
  • Derramemos inspiración, gracia, misericordia y verdad en la vida de nuestros hijos.
  • Abrasemos y besemos a nuestros hijitos cada día.
  • Cambiemos nuestras malas actitudes y enojo por palabras de amor y cariño hacia nuestros hijos.
  • Si algún día nuestros hijos llegaran a pasar por alguna catastrófica tragedia aquí en la tierra, que sepan indudablemente que JESUS LOS AMA. Para eso, se los tenemos que recordar a cada rato todos los días.

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