Por Bessy Barahona
Hoy en día los medios publicitarios nos ofrecen un sin número de métodos de cosmética, estética o quirúrgicos para resaltar la belleza física de la mujer o para retrasar la llegada de la vejez a nuestros rostros. Nos llenan la mente de cosas que deberíamos usar para mantenernos esbeltas y jóvenes.
Hollywood sus películas y revistas, son un culto a la belleza y nos influencian a querer ser como mujeres de pasarela y vivir rodeada de comodidades.
Mujeres, fuimos creadas para reflejar la belleza de Dios en su creación, no somos bellas por la utilización de un producto.
Dios nos ofrece en su Palabra un método incorruptible para resaltar nuestra belleza y procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible (I Pedro 3:4 NVI).
¿Cómo puedo ser suave y apacible?
Bueno pienso, que ser suave y apacible significa que debo cultivar en mi corazón el fruto del Espíritu; amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Todo ello te llevará a sentirte mejor contigo misma y con los demás, no habrá lugar en tu mente para albergar algún temor.
La belleza es pasajera, el tiempo no la retiene, y cuando llegue la vejez ¿por qué serás admirada, por lo que fuiste o por lo que eres? Lo que cultives en tú corazón hoy perdurará hasta la eternidad.
El ejemplo de Sara
Sara era una mujer de hermoso aspecto (Génesis 12) digna de admiración de Faraón y sus príncipes, pero no es eso lo que el apóstol Pedro resalta en su primera carta, sino la manera como ella esperaba en Dios y se sujetaba a su esposo; también nos dice que nosotras somos hijas de Sara, si hacemos el bien y vivimos sin ningún temor.
Si lees la historia de Sara te darás cuenta que ella, al igual que nosotras, cometió errores; pero algo que resalta, es que ella aprendió a esperar en Dios, y El la recompenso haciéndola madre de una gran nación Israel.
Vivir sin temor, es dejar que Dios tome el control de mi vida y que yo aprenda a esperar en sus promesas.
Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro. Proverbios 31:25 (BDLA)
foto por _Tawcan
Bessy Barahona ha estado casada con Pablo desde hace casi doce años, han procreado tres hermosos hijos; Natalie, Jeremy y Pablito. Asiste a la Iglesia Gran Comisión de Tegucigalpa, Honduras. Es ama de casa. Dios le ha enseñado a través de la vida en su hogar a aprovechar todas las virtudes y talentos que El le ha dado.
Bessy ha abrigado en su corazón el Salmo 138:8, «Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.»
Dios tiene un propósito para cada una de nosotras, permitamos que El utilice nuestras vidas para llevarle honra y gloria.
