por Martha Arturo
Con una buena amiga platicábamos de la historia de Jacob y Raquel que se encuentra en Génesis 29, en lo personal una de mis historias favoritas que han marcado mi vida, definitivamente escuchar el consejo, ver la vida ejemplar en obediencia de otros e imitar todo eso es de las decisiones más sabias que uno puede tomar, está claro que si verdaderamente amamos al Señor se reflejará en si lo obedezco o no, pues ¡todo tiene su fruto!
Y emocionalmente hablando, esperar con paciencia la persona, el tiempo y el momento perfecto de SU voluntad, es algo sabio.
Jacob sin duda es un gran ejemplo. Este hombre verdaderamente sabe que es amar, él no se apresuró, no se adelantó, no se escapó con ella, no la manipuló, no fue egoísta, ni comenzaron a vivir juntos sin estar casados, etc.
La historia nos relata que Jacob trabajó, sirvió y esperó por ella 7 años y cuando fue engañado por su suegro, ya teniendo a Raquel trabajó otros 7 años más, imagínate que dice que era tanto el amor que le tenía a Raquel que esos años le parecieron días. ¡Wow!
El reflejo lealtad y compromiso, pero sobre todo amor y fe en Dios.
Jacob amó a Raquel desde el principio, el oró por su futura esposa y la había encontrado, ¿no es esto una evidencia más de que Dios es Fiel?
Así que nunca es tarde ni muy temprano para que ores por tu futuro esposo. Y mientras, podrás disfrutar el regalo de estar soltera, conociendo y sirviendo a Dios de una manera única y siguiendo el buen ejemplo de Raquel:
1. Era una Mujer Trabajadora… se relata que apacentaba rebaños (v. 9) ¿cómo eres con tus estudios, con tu trabajo, en la iglesia y en tu hogar?
2. Fue una Mujer con Hermoso Semblante y Hermoso Parecer… se cuidaba y reflejaba la belleza de Dios, no tenía un semblante de amargura o de malas actitudes.
3. Fue una Mujer que obedeció y estuvo dispuesta a seguir a Jacob su esposo, dejó su tierra y su comodidad. (¿Aplicas la sujeción con tu familia, con tus jefes, con tus maestros, con tus líderes espirituales?)
Como todas nosotras, Raquel no solo tuvo sus fortalezas que son de admirar sino también sus debilidades que son de cuidar y desechar. Pero a pesar de todo, Raquel aprendió a depositar su confianza en Dios y fue una mujer que experimentó y disfruto de su Gracia.
Hace poco leí esto «Dios no es un dios de cosas pequeñas, por eso es que podemos soñar en grande, porque nuestro Dios es grande»
¡Vale la pena Esperar!
