Escrito por Gaby de Llamadas para el Bien.
La época de navidad trae a nuestros días una infinidad de diferentes emociones, muchas actividades, tiempos con la familia y amigos; y gran cantidad de preparaciones para celebrar.
En algunos casos nos llenamos de alegría por las compras, la cena y los preparativos. En otros casos puede haber tristeza por la perdida de un ser querido, o por alguna situación por la que estamos pasando. También podríamos tener ansiedad esperando lo que este año nuevo trae para nosotras.
En lo personal, la Navidad me encanta. Pienso en la música, en la comida en la cena con familia y amigos, en las actividades de nuestra iglesia para dar a conocer el motivo de esta. Pero también me siento agradecida. Y aunque las mujeres podemos cambiar de humor de un segundo a otro, la gratitud es como un estado de nuestra mente, puede ser permanente.
En esta época, el motivo de todas nuestras celebraciones no somos nosotras mismas, ya lo hemos escuchado antes: es Jesus, su nacimiento para vivir y morir por nosotros. Si alguien nos salvara la vida de un accidente o enfermedad mortal, ¡le estaríamos eternamente agradecidas! ¡Quisiéramos darle regalos, reconocerle públicamente, contarle a todo el mundo!
Lo mismo es con Jesus, El nació hace ya mas de dos mil años para vivir y darnos el mayor ejemplo de amor, y morir para que pasemos una eternidad con El, libres de cualquier dolor o sufrimiento. El es el motivo de nuestra gratitud, esta Navidad y todo el año.
Que el motivo de nuestra gratitud en esta Navidad no venga de los regalos que recibamos, de como nos veamos, de quienes nos visiten, o de lo que tengamos.
¡Que el motivo de nuestra gratitud sea el gran amor y misericordia de Dios por haber enviado a su único hijo Jesus por nosotras!
foto por Cecil Lee
