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La verdad es que esta vida es breve y frágil. Pero también es un regalo de Dios, esa es otra verdad que siempre tenemos que tener presente – especialmente cuando las cosas están difíciles a nuestro alrededor.
En lo personal, yo quiero ser fiel y dar todo lo mejor de mi en este mundo. Dios me dio la vida: un cuerpo, una mente y un espíritu. Por eso trato de alimentar bien mi cuerpo y ejercitarlo regularmente. También invierto bastante tiempo CADA DÍA nutriendo mi espíritu, leyendo la Palabra de Dios, en oración y en adoración. Si, cada día porque el día que no lo hago es caos total 🙂
¿Y qué de mi mente? Esta parte es más compleja. Ves, nuestra mente es lo que dirige TODO lo que hacemos. Este poderoso órgano Dios nos lo ha dado con TANTO potencial…pero depende de cada persona alimentarlo, fortalecerlo y ejercitarlo.
En los últimos años me he visto en la necesidad de apartar tiempo y dinero para asistir a capacitaciones y eventos que me ayudan a ser una mejor persona – una mejor esposa, mejor madre, mejor emprendedora, mejor Hija de Dios en este mundo.
Pero mis hijos…Mis hijos son mi razón, no mi excusa. Ellos ven todo lo que hago. Ellos no harán lo que les diga, ellos harán lo que vean en mí. ¡Tengo tremenda responsabilidad!
Pero es muy caro…Es más caro vivir con las consecuencias de la ignorancia de temas importantes. Muchas veces con mi esposo hemos hecho esfuerzos extremos, nunca nos hemos arrepentido.
Es muy lejos, esperaré que vegan a mi ciudad…Mi deseo de aprender no tiene fronteras. No puedo limitarme cuando Dios me ha puesto en este mundo tan amplio y fascinante.
Pero mi esposo…En mi caso, con mi esposo trabajamos en equipo y le damos máxima prioridad a nuestra comunicación. El sabe perfectamente las áreas en las cuales debo mejorar y con todo gusto me apoya y envía bien acompañada cuando no vamos juntos a un evento o retiro. Siempre he regresado mejor esposa 🙂
Pero…tengo miedo. Amiga, hay muchas cosas bellas en esta vida que te esperan. ¡No las hagas esperar más!
